miércoles, 17 de mayo de 2017

Gritos silenciosos


Título: Gritos silenciosos
Autor: Paula Zubiaur
Editorial: Ediciones Ambar, 2009
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788493678401
Páginas: 320



Recuerdo que cuando compré este libro, fue porque me llamó la atención el título… como en otras ocasiones, no leí la sinopsis ni nada.
Así que no me enteré de que era un caso de maltrato, que además había sido muy sonado en la tele unos años atrás.

Ya de entrada, no es un libro para leer en cualquier momento, ni una lectura que apetezca a todo el mundo. Yo he de decir que lloré como una magdalena con él y que a la vez me mosqueé muchísimo.

Nos cuenta toda la pesadilla la protagonista, en primera persona, con lo que es increíblemente fácil ponerse en su piel.
El comienzo, pues un poco típico, conoce al cabrón con el que se casa, pero no parece serlo. Dónde iba a parar. Se va dando paso a un maltrato psicológico, que nunca suele aparentar lo que es, hasta que se llega a las manos… sin embargo no para aquí, pues tienen hijos, que se hacen mayores y van viendo el percal también.

Somos partícipes de cómo anulan a una mujer de la manera más aberrante, desde golpearla durante un embarazo bastante avanzado, pasando por no dejarla engordar llevando otro niño en su vientre porque tiene que estar perfecta (hasta el punto de no parecer que está de seis meses ni por asomo)… por supuesto, todo esto de puertas para adentro en la mayoría de las escenitas contadas.
Cuando escuché en las noticias que a una mujer le habían metido la cabeza en una olla de lentejas porque no eran del gusto del marido, me quedé en shock… pero leerlo fue brutal.

Está escrito de manera muy cercana a la vez que elegante, son temas truculentos y pasajes bastante impactantes, donde se te hace un nudo en la garganta en más de una ocasión, pues durante la gran mayoría de la novela lo que sientes es una impotencia abrumadora y horrible. Me llamó especialmente la atención el momento de reacción de los hijos, mientras que la niña se mantiene más soberbia y no parece inmutarse, los niños pequeños sí; fue especialmente duro leer que con apenas siete-ocho años le dijeron a su madre algo así como “no te preocupes, cuando seamos mayores le mataremos para que no te haga más daño”.

Lloré mucho con este libro, mucho.
Igualmente, creo que son historias que merecen conocerse, quizá algún día a alguien se le ocurra cambiar la mierda de ley que tenemos. O mejor aún, quizá algún día dejen de pasar estas cosas y no tengamos que leerlo más que como ficción.

¿Pero hasta cuándo…?

9 comentarios:

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

¡Ojalá fuera solo una historia para la ficción! como cuando se habla de la peste o la gripe española, una enfermedad que fue aniquilada del cerebro masculino para siempre...
No conocía el libro, pero me ha dejado tocada. NO se si tengo humor ahora o valor, para leerlo, pero seguro que lo tendré en cuenta en un mejor momento.

Un besito.
Yolanda.

Tatty dijo...

Que lectura tan dura, ahora mismo no me apetece algo así
Besos

Marisa G. dijo...

Estos testimonios son importantes aunque sea doloroso leer sobre ellos. Imagino lo que debe ser vivirlos. Besos

Violeta J. dijo...

Este no me lo llevo. Leer sobre el maltrato me agobia porque no puedo cambiar nada, no puedo ayudar a la protagonista, y sufro, mucho. Por lo que veo igual que tu.
Gracias por acercarnos al libro, que aunque no me lo lleve a mi estantería, me gusta leer sobre él.
Besos

Anónimo dijo...

lo anoto para ver si lo encuentro por acá. Me parece muy importante que existan estos libros y los lean los jóvenes porque si, comienzan pareciando manías, y nadie tiene por qué aguantar esto. Leerlo con la advertencia: nadie puede tratarte así.
Un beso,
Ale.

Margari dijo...

Uf, qué lectura más dura. No sé si esta vez me animaré, porque sé que lo voy a pasar muy mal.
Besotes!!!

rossy dijo...

No conocía el libro. Tiene pinta de ser durísimo, sí, pero me lo llevo anotado.

bsos!

Carla dijo...

Creo que ahora mismo no podría con algo así, lo dejo pasar. Gracias por la reseña!
Besos

Mer dijo...

Una lectura dura e impactante, se me pone la carne de gallina de pensar en escenas como la de las lentejas que nos señalas en tu reseña, creo que lo pasaría mal leyéndolo, no obstante lo voy a anotar.

Abrazos.